HISTORIA Y CONTEXTO

La Cuesta de la Maruquesa (núcleo conocido también como barrio del Barco de San Vicente) se ubica en una prominencia de las estribaciones de los montes Torozos, al oeste de la ciudad de Valladolid, manteniéndose básicamente como el cierre urbano en este lado. Aunque la zona se afianza a principios del siglo XX se sabe que hubo asentamientos anteriores y, también, fue un lugar de enfrentamientos militares en distintas épocas dado su emplazamiento estratégico.

Se trata de un pequeño barrio en las inmediaciones de la Dársena del Canal de Castilla (Anta Roca, 2015). Nace como un asentamiento marginal de viviendas autoconstruidas cuya datación más antigua es de finales del siglo XVIII en la calle de la Calera donde debió existir una pequeña fábrica de cal. El mayor impulso de consolidación se da a principios del siglo XX. La ladera de la Cuesta de la Maruquesa (la denominación de Maruquesa=Marquesa se supone de origen francés, según Presencio Revilla) escala hacia un espacio natural protegido que se conoce como la Fuente el Sol, con un desnivel de 50 m respecto desde el acceso de la Ctra. de Fuensaldaña. La estructura urbana consta de dos desarrollos distintos: el primero, en la zona más baja de la ladera, es perpendicular a las curvas de nivel con dos manzanas paralelas atravesadas por la calle de la Rambla, peatonal con fuerte pendiente; y el segundo sigue en paralelo las curvas de nivel. Este núcleo de La Maruquesa queda limitado por: al sur, el camino de la Virgen de la Merced paralelo a la carretera Gijón; al oeste, el camino de la Fuente de la Mona; al este, la carretera de Fuensaldaña paralela al Canal de Castilla; y al norte, la subida a la Fuente el Sol.

Sin más datos, hay quien sugiere que hubo asentamientos de viviendas trogloditas, excavadas en un terreno natural de poca consistencia. Hay noticia de un pozo de nieve (Anta Roca, 2016). Reconocemos en la trama urbana de La Cuesta de la Maruquesa las características que la definen compleja y sin planificación previa en ninguna etapa de su corta existencia. Las primeras noticias sobre el lugar señalan que en la falda de la cuesta se afincó el convento de <“la Orden de los Trinitarios Descalzos se instaló en Valladolid en 1606″ al pie de la cuesta de la Maruquesa> (Canesí Callejo Acebedo, 1636), hasta su traslado en el siglo XVIII a la plaza de la Trinidad (la estructura de la iglesia aún pervive camuflada en una nave industrial). Hay noticias de que, en 1812 durante la guerra de la Independencia, los franceses levantaron baterías para proteger el Puente Mayor de la tropas inglesas y portuguesas, aunque no se conoce su alcance. (Hijos de Rodríguez, 1861).

La obra que más impactó en el entorno inmediato fue la construcción del ramal sur del Canal de Castilla que termina aquí con la dársena. Esta operación alteró significativamente la topografía de la zona afianzando a largo plazo el aislamiento de este asentamiento urbano. Supuso la desviación del camino original a Fuensaldaña que anteriormente atravesaba la calle de la Fuente el Sol en el barrio de la Victoria. Se iniciaron las obras de la dársena en 1835 aunque en el plano del ejército está fechado en 1838 (¿?). Los terrenos expropiados para la construcción de la dársena habían pertenecido al Conde de Castrillo de Orgáz, al Marqués de Villasante, y al Cabildo Catedralicio de Valladolid (Guadilla, 2016). En la zona próxima al remate de la dársena, se asentó un mercado -conocido como “circular”- con lo cual era lógico que surgiera un crecimiento urbano en sus inmediaciones.

Según las fotografías más antiguas apenas se reconocen algunas edificaciones de escaso valor constructivo, posibles viviendas del proletariado ligado a la actividad de la Dársena y a la industria textil y harinera vinculada. En cuanto a la estructura urbana reciente, según los datos catastrales, se empiezan a construir viviendas que responden a una tipología de molineras con patio posterior en las siguientes etapas diferenciadas:

  • la primera, comienza con un trazado de tres calles perpendiculares a la ladera de la cuesta, de abajo a arriba: Calle de Rambla (lado este: 1770-1835, lado oeste: 1900) y Buenavista (1936); y Calera (1835).
  • la segunda, por encima de las anteriores, continua con el trazado de las calles siguiendo las curvas de nivel de la ladera desde el extremo sur hacia el este: Peninsular (1900); en un nivel superior, Acera del Mirador (1913, 1920 y 1950); a continuación, por encima, seguiría por la calle del Barco de San Vicente (1936 y 1950).
  • En un nivel superior a las ahora existentes, se aprecia una alineación de construcciones hoy desaparecidas, también con un trazado horizontal. Quizás estas tuvieran alguna relación con las antes mencionadas como trogloditas.
Imagen idealizada de Valladolid desde una batería francesa levantada en La Cuesta de la Maruquesa. 1837.

La discreta presencia del barrio cuenta con un valor paisajístico poco valorado y conocido en la actualidad, cuya estructura urbana es fruto de un crecimiento incontrolado de vivienda proletaria y marginal en la cual lentamente ha ido incorporando otras capas sociales. Aún presenta notables carencias espaciales y funcionales derivadas principalmente de la fuerte pendiente de la ladera y, también, escasez de servicios públicos y privados e infraestructuras que condicionan la vida de sus cuatrocientos vecinos y la relación con la ciudad. La acusada topografía de la ladera y el intenso tráfico de los viales rodados circundantes (Avda. Gijón y Ctra. Fuensaldaña) en su base han forzado su aislamiento y alejamiento de las nuevas urbanizaciones próximas.

Anton Van der Wyngaerde (1565).

Arriba del todo, en el borde del monte, Anton Van der Wyngaerde en 1565 se instaló para dibujar la ciudad de Valladolid. Se supone que con una “Cámara Oscura” dada la gran precisión. Se trata de la primera panorámica acreditada de Valladolid, realizada como un riguroso documento notarial, pero al mismo tiempo. La aparición de unos observadores en el primer plano del dibujo nos dirige a una idea precoz de la concepción del paisajismo urbano de Canaletto o del romanticismo de Caspar David Friederich.

Viñeta en el retrato de la infanta Ana María Mauricia de Austria, pintado en 1602 por Pantoja de la Cruz (Kunsthistorisches Museum, Viena).

Hasta la colmatación de edificios residenciales en altura en la Avda. Gijón en los años setenta y ochenta, época del crecimiento urbanístico pleno de la ciudad, la Cuesta de la Maruquesa cobraba mucha presencia en los límites geográficos de la ciudad. Así da cuenta, la imagen más antigua conocida de Valladolid. Es el retrato al oleo de la infanta Ana María Mauricia de Austria (1602), hija de Felipe III, realizado desde una ubicación cercana al palacio de los condes de Benavente (actual Biblioteca de Castilla y León), en el que se enmarca una viñeta desde la margen oeste del río Pisuerga hacia las afueras de Valladolid, hacia el oeste donde se aprecia una formación montañosa (con una proporción exagerada) que da cuenta de la presencia visual persistente como referente geográfico. El punto elegido por Wyngaerde no es casual, sino un lugar estratégico. Prueba de ello es que siglos más tarde es donde se ubicó en el mismo sitio una torre del Telégrafo Óptico Nacional de la línea Madrid-Irún, referenciada con los telégrafos ópticos de Santovenia y de Laguna de Duero. Se construyó en 1845 y debió dejar de transmitir en 1856 al aparecer el telégrafo eléctrico.

Por la falda sur transitaba el ganado por la vía pecuaria de la “Cañada de Villanubla” -derivada de la Cañada Real Leonesa Occidental- (González Fraile, Sánchez Rivera, 1999) atravesando el Camino Virgen de la Merced y junto al arroyo de la Merced. También sirvieron sus laderas como lugar de entrenamiento para la caballería del ejército; y hasta los años sesenta del XX a los pies de la falda oeste atravesaba el “Tren Burra” (González, 2009) que partía de la estación de San Bartolomé junto al Puente Mayor y concluía en Medina de Rioseco.

Desde de mediados del siglo XX la trama urbana apenas ha sufrido transformaciones, tan solo se han reemplazado viejas construcciones por otras nuevas y aún quedan algunas parcelas sin ocupar. Adolece de equipamientos para usos dotacionales, salvo un mínimo comercio a los pies en la zona de la avenida Gijón. Presenta ciertas carencias, entre otras, de una mínima accesibilidad para la dificultosa topografía del lugar.

REFERENCIAS

-. Anta Roca, Jesús: «La Victoria, barrio tan antiguo como Valladolid«. 2015

-. Anta Roca, Jesús: «Pozos de nieve y abastecimiento de hielo en la provincia de Valladolid«. 2016

-. Canesi Callejo Acevedo, Manuel: “Historia Secular y Eclesiástica de la muy antigua, augusta, coronada, muy ilustre, muy noble, rica y muy leal Ciudad de Valladolid. Dedicada a los Señores Justicia y Regimiento.” 1636-1647.

-. González Fraile, Eduardo; Sánchez Rivera, José Ignacio: “El Canal del Sur en su contexto territorial: El Corredor Palencia-Valladolid”. Actas del Congreso sobre Conservación y Recursos del Canal de Castilla. pp. 219-230. Junta de Castilla y León. 1990.

-. Encinas, Antonio G.: “Francia envía su último telegrama. sTOP” . 2018

-. Fernández del Hoyo, María Antonia: “Valladolid en el siglo XIX según el manuscrito de Telesforo Medrano”. Noticias de Urbanismo, Arquitectura y Arte. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. vol. 42, pp. 67-85. 2007.

-. Foro Histórico de las Telecomunicaciones: LC018 – Valladolid.

.- González, Jesús Ángel. Vallisoletvm. “El desaparecido Tren Burra”, 2009. https://vallisoletvm.blogspot.com/2009/12/el-desaparecido-tren-burra.html

-. González Moral, Mariano. “El indicador de Valladolid. O Sea Reseña de todo lo mas notable que contiene esta ciudad, con un plano topográfico de la misma”. 1864.

-. Guadilla, Miguel Ángel. “Los Ríos: El Canal de Castilla”. 2016.

-. Hijos de Rodríguez. “Manual histórico y descriptivo de Valladolid: Seguido de un apéndice, o sea guía del Ferrocarril del Norte”. 1861.

-. Presencio Revilla, Vicente: “Cuesta de la Maruquesa (I, II y III)”. 2008. S